El Armario está lleno de lienzos / hay incluso rayos de luna que
puedo desdoblar.
André Bretón
Entre los muchos contrastes que
enriquecen la ciudad de México y hacen
que la amamos, los jardines de
Barragán representan uno de los espacios que mas evidencian esta doble naturaleza
de la capital. Un espacio para reflexionar junto a una de las conexiones mas
caóticas del DF.
Para Barragán la riqueza cultural es
factor básico en la comprensión de la arquitectura. Y la naturaleza es fuente
de inspiración y sabiduria. Es a través de esto dos factores: naturaleza y conocimiento
que pensamos tenga y que pueda desarrollarse la regeneración de un barrio y de
una ciudad.
Esta institución cultural se propone
ofrecer servicios y un lugar donde a través de la Cultura y del Arte poder
reunirse, socializar y compartir, subiendo así el nivel de compromisión de los ciudadanos
La naturaleza y la belleza del Jardín
antes de todo; el proyecto no considera este espacio como un vació para
llenar, sino como un lugar vivo y activo
que por su belleza podría ser suficiente para favorecer la socialización, y la
participación.
Se ha tomado la decisión de convertir
el pabellón en una parte del jardín como un Xochítl, una flor que se abre en
las primeras horas de la mañana y se cierra en la noche. Un pabellón que quiere
ser efímero y que rechaza la idea de
convertirse en una "arquitectura añadida" o en una ampliación. Temporál y ligero antes de todo,
y en segundo lugar flexible.
Resulta de especial interés en una
ciudad como la de México el poder
generar espacios que sean efímeros, de una duración determinada pero relevantes
y útiles para la comunidad.
Se busca un edificio a través del cual
los ciudadanos puedan reinterpretar los espacios del jardín y reutilizarlos de
manera distinta.
El jardín tiene que
convertirse en un lugar donde la gente del barrio pueda sentirse en su
casa. El proyecto considera el exterior como
un espacio interior a través de procesos
de colonización. Se construye un nucleo central
una habitación amarilla con calidad espacial, material y luminosa. Este
cofre de naturaleza domestica está protegido por una caja exterior, una piel
metalica que envuelve esta habitación y que se abre hacia al exterior. El espacio entre las dos cajas aloja
servicios y instalaciones que permiten desarrollar distintas actividades. El
pabellón se convierte en una infrastructura
activa que ofrece servicios y experiencias, una pequeña Wunderkammer,
estos fantasticos espacios lleno de objetos que maravillaban la gente de la
epoca del Renacimiento.
El pabellón ofrece sus servicios a través de sus mecanismos de contracción y dilatación que facilitan hasta seis tipos de distintas actividades al mismo tiempo. E pabellón puede reducir su tamaño y ocupar una superficie de solo quarantacincos metros cuadrados dialogando de esta manera mas intensamente con el maravilloso jardín y convertiendose en un “pequeño jugete en la Selva”.
Un contraste muy fuerte entre el artificio del objeto y la naturaleza mexicana del jardín, una maleza en la cual el pabellón quiere perderse. En cuanto se abra totalmente este edificio permite ser cruzado y atraviesado creando una continuidad con el exterior. Como en las calles de Mexico, a veces un pequeño puesto de comida genera alrededor un mundo espaciál interesante y viváz donde la gente se siente mas cercana, recrear en el jardín esta sensación de libertad informal ayudaria a incrementar la participación.Cerrado tanto en la noche como en el dia el pabellón se convierte en una linterna, un efecto conseguido a traves de los paneles de madera perforados; un fregio contemporaneo inspirado por la naturaleza y la geometria de las flores.
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